A unos días de que comience el Mundial de Qatar que podría encumbrar a Mbappé como el mejor jugador del planeta, en el Real Madrid tienen muy claro que el francés es un capítulo cerrado en el Bernabéu. Ni los guiños del jugador después de su traición el verano pasado, ni su incómoda situación en el PSG invitan a la cúpula de Valdebebas a retomar el interés por un futbolista sobre el que iba a construirse el futuro Madrid y que ahora «no existe» para el club blanco.
La imagen de Florentino Pérez, que casi regateó a Mbappé en la gala del Balón de Oro el mes pasado, escenifica a la perfección el sentimiento del Real Madrid hacia el delantero francés: indiferencia absoluta. “No es que me canse el tema Mbappé, es que ni siquiera leo ya”, dijo aquella noche el presidente blanco en alusión a un jugador que, a día de hoy, “no existe” en los despachos del Bernabéu.
Apenas un par de meses después de su traición al Real Madrid Mbappé empezó a arrepentirse. Se dio cuenta de que en París le habían dado de su propia medicina y le vendieron un proyecto que no se cumplió. Ni se fue Neymar, ni llegó Lewandowski y encima se remangaron para renovar a Messi. Entonces Mbappé y su entorno trataron de reconstruir los puentes con el Bernabéu, pero la cúpula del Real Madrid le hizo la cobra.
Mbappé se arrepiente
Ni siquiera su renovación con truco, sólo hasta junio de 2024 y no hasta 2025 como trató de publicitar el PSG, hizo cambiar de idea al Real Madrid sobre Mbappé. El club blanco, empezando por Florentino Pérez, tenía muy claro que la herida que había provocado el jugador en el madridismo no iba a cicatrizar con facilidad. Por eso decidieron olvidarse de Mbappé, levantar un muro con el jugador que había sido objetivo crucial para el club y centrarse en blindar a los jóvenes de su plantilla.
Han pasado los meses y los mensajes de Mbappé, en público y en privado, han ido en la línea de tratar de acercarse otra vez al Real Madrid, pero el club blanco ha hecho oídos sordos. Cuando el pasado 11 de octubre estalló otra vez el caso Mbappé, con el deseo del futbolista de irse del PSG cuanto antes, el club blanco ni se inmutó.
La postura oficial del Real Madrid entonces fue rotunda: “El tren de este equipo para Mbappé ya pasó”. Hoy, a unos días de que comience el Mundial que podría encumbrarle como la gran estrella del fútbol del planeta, en el club blanco insisten en que no van a perder ni un minuto en pensar en un futbolista que, por muy bueno que sea, renunció por dinero y por presiones a vestir de blanco. Ahora Mbappé deberá esperar a que el tren del Real Madrid vuelva a parar en su estación. Y puede que eso no ocurra jamás.
